Prefacio: All Around the World

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Karttes
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Prefacio: All Around the World

Tenía unos 13 años cuando escuché por primera vez los Red Hot Chili Peppers y no tardé mucho en volverme fanático completamente.

Nunca imaginé que varios años más tarde, la primera línea de mi canción favorita, Around the World, iba a convertirse mi mantra:

All around the world, we could make time

En español: En todo el mundo, podríamos hacer tiempo.

Tan pronto terminé la facultad me sentí libre de empezar a viajar. Primero viajes cortos, luego más largos, pero ya era evidente que había entrado en un trance que ni bien llegaba a casa, mi cabeza empezaba a divagar con nuevos destinos.

Sin embargo, fue en esa vorágine, que aunque bien intencionada, me preparó el terreno para la trampa perfecta.

Dado que ya trabaja formalmente y mis escasas vacaciones no me permitan moverme tanto como quería, empecé a consumir sin descanso videos en YouTube, guías, fotos y sobre todo Instagram de "viajeros", que casi sin darme cuenta me hicieron caer en las Bucket List infinitas de lugares, que sin entender por qué, debía conocer.

Cómo consecuencia, cada escapada se volvía una necesidad de tachar lugares de la lista. De a poco empecé a experimentar Tourist Burnout. Me sentía cansado de estar corriendo de un lugar a otro sin tener oportunidad de sentarme a disfrutar de lo que tenía en frente de mis ojos. Pero la perfecta maquinaría de las redes sociales ya estaba en marcha y dominaba la agenda. El algoritmo pasó también a controlar la forma del viaje: Llegar a un lugar. Sacarse una foto en el punto icónico. Subirla a redes sociales. Tener likes. Repetir.

El punto de quiebre fue mi primer viaje a Europa. Mi gran sueño de explorar el viejo continente, se transformó en un loop de saltos y esperas. Pasaba de un aeropuerto a una fila: para comer, para entrar un museo y hasta para sacarme una foto.  Al final me di cuenta de que lo único que podía responder cuando me preguntaban sobre algún lugar era un tímido "Es muy lindo". No hubo oportunidad de ningún tipo de experiencia genuina. Un montón de fotos sin contexto que bien podía mirar desde mi casa. Ya sé, quizá estoy exagerando, pero en el fondo siempre lo sentí como un viaje desperdiciado.

A la vuelta decidí que no quería volver a repetir esa experiencia. Así fue como abandoné por completo las cuenta de Instagram y los videos de YouTube y volví a lo que siempre me gustó, los libros. Para mi sorpresa había una basta biblioteca de escritores que viajan con sentido más allá de lo que vende en redes sociales.

Continué explorando mi propia forma de viajar y así fue que tras varias salidas experimentales, entendí que era momento de llevarlo a una gran escala. Surge así por primera vez la idea de la vuelta al mundo, bautizado All Around the World, siguiendo el mantra We could make time de viajar a mi propio ritmo sin perseguir objetivos ajenos.

Aunque en un primer vistazo la pandemia había complicado los planes, el tiempo demostró que fue un momento de grandísimo provecho. Por un lado, pude leer toneladas de textos, desde Marco Polo e Ibn Battuta hasta el gran viajero contemporáneo, el Acróbata del camino, quienes fueron la fuente de información e inspiración que necesitaba para el viaje; pero sobre todo porque, conocí a mi pareja, Pau, quien desde el primer minuto se cargó la mochila al hombro y se transformó en mi compañera perfecta de aventuras. 

Hoy estoy en Riga, escribiendo este prefacio del viaje y primer post del blog, a casi un mes de haber comenzado el viaje. El sueño finalmente se está materializando. Estamos viajando a dedo, sin destino fijo, durmiendo donde podemos, recorriendo desde centros históricos, hasta barrios obreros e incluso cementerios, mientras nos tomamos el tiempo para leer sobre donde estamos, charlando con nativos y otros viajeros, y disfrutando de las cosas mundanas del día a día.

En los próximos capítulos les prometo un relato del viaje apasionado, genuino y seguramente políticamente incorrecto, con las sorpresas, momentos de gozo y por qué no, las miserias que la ruta nos regala.

Gracias por leerme! Te espero en el próximo capítulo.

Andres.

 

 

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